Los comerciantes que han sido multados por irregularidades afirman sin excepción que el cobro es excesivo, manifestando uno de ellos que ha salido más caro el caldo que las albóndigas; en tanto, que ha surgido una especie de paranoia en el ánimo de los usuarios, porque los trabajadores que inspeccionan, traen la consigna de no perdonar ni el más pequeño detalle en cuanto a las normas que ellos traen como cosa establecida.
Originalmente se dedicaron a los comercios y actualmente incluyen en sus revisiones los domicilios y todas las cuadrillas provienen de otras ciudades. Ante estos acontecimientos los rumores incesantes, uno de ellos en el sentido de que las indemnizaciones, como ellos las llaman, son excesivas, al punto de que algunos no la podrán pagar.
En lo que todos parecen estar de acuerdo en que estas revisiones aunque fueran arbitrarias son el producto de las leyes aprobadas en el Congreso, en las llamadas Leyes Energéticas y quienes escucharon la propaganda oficial, en el sentido de que bajarían las tarifas, ahora se encuentran con la dureza y falta de tacto, sobre todo, con los que no han puesto “diablos”, sino solo han cometido faltas leves.
