19 de Abril de 2024

Rogelio Martínez Vera

La enorme corriente de agua salada llamada: Río Tuxpan, no es propiamente un río, en la exacta significación de este término, sino que estamos ante un enorme CANAL MARÍTIMO, un brazo de mar que se interna tierra adentro en una distancia que abarca más  de treinta kilómetros. Este canal es único en el país. No existe en ninguna parte de ambos litorales otro canal semejante, de ahí su importancia extraordinaria y su singular belleza.

Ese Río Tuxpan coincide en su lecho, a la altura del Municipio de Álamo, con el cauce del Río Pantepec que es una pequeña corriente de agua dulce que baja de la sierra y que es producto de escurrimientos que se dan en las montañas. El Río Pantepec sólo tiene un regular caudal de agua en el verano en la época de lluvias, pero aun así, su corriente es avasallada por las profundas aguas del canal marítimo. Cuando se dan momentos excepcionales, con motivo de algún meteoro y el río de agua dulce acumula grandes volúmenes de agua de lluvia, estas corrientes chocan materialmente con las corrientes (también abundantes) del canal marítimo y se producen inundaciones, sobre todo en las partes bajas del cauce, que coincidentemente se encuentran en el centro de la ciudad de Tuxpan.

 

En la bocana de entrada de este canal marítimo, se produce un extraordinario fenómeno: una parte considerable de agua se interna en una depresión del lado derecho de tierra firme, para dar lugar al nacimiento de la muy bella Laguna de Tampamachoco, que se conecta inclusive, con la Laguna de Tamiahua. Otra enorme masa de agua de mar forma el río, que atraviesa toda la ciudad. En ese trayecto existen tres esteros es decir, importantes ramificaciones del mismo canal marítimo, que se internan en diversos puntos de la población: El Estero de La Calzada, el de Tenechaco y el Estero de Juana Moza, todos ellos, de una gran belleza natural y de mediana anchura (más de cinco metros). Desgraciadamente, los dos primeros (el de la Calzada y el de Tenechaco), se han contaminado gravemente, por virtud de que los drenajes de todos los vecinos de estas dos corrientes de agua, vacían sus desechos, directamente en uno de estos dos canales los que por acción de las mareas, se dirigen al río y finalmente al Golfo de México. Por su constante utilización como fosas sépticas,  y el asentamiento de los desechos en el fondo de estos dos esteros, los mismos ya no pierden su negatividad contaminante en ningún momento, como no la pierde ya, el propio río, con graves daños para la vida de las personas, peces y vegetales que los circundan o habitan.

Por ello, es necesario que intervengan las autoridades de todos los niveles (Federación Estado y Municipio), para rescatar del desastre ecológico a este hermoso canal marítimo. Para ello, cada nivel de autoridad, así como la ciudadanía, deben hacer la parte que les corresponde.

Para activar este rescate, es urgente que el Gobierno Federal emita en primer lugar un importante Decreto para declarar al Río Tuxpan como UNA ÁREA NATURAL PROTEGIDA, con el fin de que se cuente con todos los instrumentos legales, económicos y materiales  para salvar del ecocidio final a este bellísimo recurso natural, que desde hace muchos años  ha sido  depredado y ahora casi destruido, a medida que ha crecido la población.

De no hacerse esto ahora mismo, para dentro de diez años, cuando se estima (gracias a la autopista) que la ciudad duplicará su número de habitantes, ya será demasiado tarde para hacer algo por nuestro río.

 

Yo me pregunto: ¿Qué sucedería si este hermoso canal marítimo existiera por ejemplo, no aquí entre nosotros, sino en Miami o en Nueva Orleans, en Los Estados Unidos de América? Seguramente su situación y destino serían otros completamente diferentes.