18 de Abril de 2024

La población de Tuxpan se fundó en la ribera del hermoso canal marítimo llamado río Tuxpan. Ya expresé en un artículo anterior que éste no es propiamente un río, es decir, una corriente de agua que se forme por la caída de lluvia en la sierra cercana, sino que es un canal marítimo, un brazo de mar que se interna tierra adentro en un extensión de aproximadamente 30 kilómetros, y que el volumen de agua salada contenida en su cauce, sube o desciende de acuerdo con las mareas.

Este cauce es ocupado en época de lluvias también por el llamado río Pantepec, cuya corriente sí se genera por las lluvias que caen sobre una porción de territorio serrano de los estados de Puebla y Veracruz.  El cauce de este río nace en la Sierra Madre Oriental, en el estado de Puebla, y desemboca, cuando sus corrientes son abundantes, en el Golfo de México. El desahogo del agua del río Pantepec en el mar se da por efecto de las lluvias; al bajar la marea, en consecuencia,  arrastra en su corriente, en las etapas de lluvia intensa en la sierra, numerosa palizada que se deprende de la vegetación de las montañas y es arrojada al mar.

Pero el mar, como todos lo sabemos, no se queda con ninguna materia orgánica o inorgánica que flote en su superficie y consecuentemente, al subir las mareas, estos desechos son depositados por las propias corrientes marítimas en las playas, dejando a éstas en condición de verdadero desastre. Nadie se da específica y obligatoriamente  a la tarea de limpiar las playas. En algunas ocasiones lo hacen las autoridades del municipio y en otras, estudiantes y ciudadanos voluntarios, pero estas tareas no se dan en forma sistemática, sino de manera aislada y poco organizada. Como sabemos, dichas playas se ubican en áreas exclusivas designadas por las leyes de la materia como Zona Federal. Esta parte del mar, que comprende también a la tierra firme limítrofe, se extiende a todo el mar territorial en una extensión de 12 millas marinas, y continúa en  tierra firme, en una distancia de 30 metros contada desde la marea más alta. El cuidado, la vigilancia y administración de las playas y su zona federal marítima anexa, en este caso de Tuxpan, corresponde por ley a las autoridades federales. Sobre ellas tienen atribuciones las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y  Recursos Naturales (SEMARNAT), la Secretaría de Marina (SEMAR) y hasta en ciertos aspectos, la Administración Portuaria Integral de Tuxpan (APITUX).

De las actividades turísticas que se dan en estas zonas, poco, muy poco se han ocupado las autoridades federales, así como las estatales o del municipio. En otras palabras: las playas tuxpeñas se encuentran en un completo abandono.  Los agentes municipales sólo se encargan de exaccionar a los vendedores que permanente o eventualmente se ubican en las áreas de la playa, cobrándoles a manera de “licencias o permisos municipales”, algunas pequeñas, muy pequeñas sumas de dinero, para permitirles ejercer ahí sus actividades comerciales en forma desordenada. Algunos explotadores de las playas, inclusive, sin control de nadie, instalan ahí unas palapas que son verdaderos adefesios por la baja calidad de los materiales empleados y por  su mal aspecto, para dizque dar servicio de una sombra y unos asientos muy sucios a los turistas incautos que acuden ahí con el propósito de  pasar un buen día de descanso a la orilla del mar.  Es el caso de que estas palapas se instalan indebidamente en el lecho marino, es decir, en zonas muy cercanas al mar, que quedan al descubierto cuando baja la marea y sucede frecuentemente lo inevitable: cuando hay mal tiempo por alguna perturbación ciclónica y sube en forma abrupta la marea, esas palapas (por el impacto de las olas) son derribadas por las corrientes con suma facilidad y se transforman también en basura marina. Pero los llamados palaperos, que son los que se han repartido entre ellos mismos los espacios indebidos del lecho marino, vuelven a levantar con palos viejos y nuevas hojas de palmera, otras nuevas (¿) palapas y así se han repetido indefinidamente los ciclos; con ello, se les ha dado de manera impactante a las playas tuxpeñas, una imagen de lastimosa pobreza turística.

A este problema de la basura marina se deben agregar otras enormes cantidades de basura que generan los paseantes y que, por falta de cuidado y vigilancia, dejan abandonada en las playas, generándose con ello focos de contaminación marina y un indeseable espectáculo: playas sucias y, por supuesto, contaminadas que están ahuyentando a quienes acuden a tratar de aprovechar el mar y el sol tuxpeños, tendiéndose cómodamente en una playa limpia y bien atendida por quienes deberían ser esforzados y cada día más capacitados prestadores de servicios. Los paseantes que visitan por primera vez las playas tuxpeñas se van con muy mal sabor de boca y prometen no volver.

  La reciente inauguración de nuestra flamante autopista a México ha generado un inusitado movimiento turístico hacia las playas tuxpeñas; este es el momento preciso para reordenar la prestación de servicios turísticos en las citadas zonas de playa, para procurar que dichas playas puedan transformarse en una magnífica fuente de ingresos para sus explotadores y para las autoridades municipales, estatales y federales, al obligar a los prestadores de servicios a pagar contribuciones justas por la utilización y por  los ingresos que pueden generar las actividades turísticas que ahí son susceptibles de realizarse.

Pero me pregunto: ¿cuál es la autoridad que debe tener bajo su cuidado las instalaciones, la administración y la prestación de servicios en las playas tuxpeñas?  La respuesta no puede ser otra: todas estas tereas deben ser de la competencia de las autoridades del Municipio de Tuxpan. Yo personalmente lo propuse así al Presidente Municipal Silva Ramos. Le indiqué que de acuerdo con la Ley General de Bienes Nacionales, y contando con todo el apoyo del Gobierno del Estado de Veracruz, se debería solicitar al Gobierno federal la obtención de un acuerdo para que las playas ubicadas en el territorio del municipio quedaran bajo la administración del Ayuntamiento tuxpeño. Esto sería el punto de partida para darle la dignificación que merecen nuestras playas y se erijan éstas en un verdadero destino turístico para los paseantes de todas las condiciones sociales, provenientes preferentemente del Valle de México, en donde existen millones compatriotas que tienen ganas de pasar unos días de descanso en excelentes playas, situadas a unas cuantas (dos o tres) horas de su domicilio. Recordemos: Tuxpan es el Puerto más cercano al Valle de México. Debemos obtener el mejor provecho de esta enorme oportunidad de una amplísima perspectiva turística, para bien del municipio y de todos los prestadores de servicios.